Las rosas blancas en la mitología griega estaban vinculadas con la diosa del amor, Afrodita. Cuando la diosa salía del agua, decenas de rosas blancas la rodeaban.
Se sabe que los pretendientes obsequiaban con un ramo de rosas blancas a sus novias como símbolo de amor, mientras que los amantes lo hacían como expresión de confidencia.